Ritual para cerrar el día en Paz

Ritual para cerrar el día en Paz

Cada día trae sus propias luces y sombras. Algunas horas nos llenan de alegría, otras nos agotan o nos remueven por dentro. Por eso, al llegar la noche, es importante crear un espacio para soltar, agradecer y volver a ti. Este ritual es una pausa sagrada, un momento íntimo para despedirte del día con calma y consciencia.

Necesitarás:

  1. Una vela (blanca o violeta, si tienes)
  2. Una piedra protectora (amatista, obsidiana, cuarzo ahumado… la que resuene contigo)
  3. Un lugar tranquilo y sin distracciones

Paso a paso:

Enciende la vela.

Mientras la llama comienza a brillar, respira profundamente tres veces. Con cada exhalación, imagina que sueltas todo lo que ya no quieres cargar: preocupaciones, tensiones, pensamientos repetitivos.

Toma tu piedra protectora entre las manos.

Siéntela, obsérvala, conéctate con su energía. En silencio o en voz baja, puedes decir:“Gracias por sostenerme, por protegerme, por ayudarme a soltar.”Permite que su vibración te envuelva como una burbuja de calma.

Cierra los ojos y lleva tu atención al corazón.

Recuerda tres momentos del día por los que puedas sentir gratitud, por pequeños que sean. Permite que esa sensación cálida crezca dentro de ti.

Visualiza una luz suave que te rodea.

Imagina que esa luz limpia cualquier resto de tensión y deja tu campo energético suave, limpio y en calma. Siente que estás en casa, en ti.

Para cerrar, di estas palabras:

“Suelto el día con amor. Agradezco lo vivido. Estoy en paz. Estoy a salvo. Estoy en mí.

Apaga la vela lentamente, agradece a tu piedra, y si lo deseas, colócala bajo la almohada o en tu mesa de noche para que te acompañe mientras duermes.

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